viernes, 5 de agosto de 2011

I.-Mi labor como medico militar.1.Mi Ingreso en el Ejercito







I. COMO FUE MI INGRESO  EN EL EJERCITO   

1.- Introduccion al articulo para que no se aburran y sigan leyendo

En un popular programa televisivo el humorista José Mota daba vida a un personaje , ya un poco mayor, que buscaba desesperàdamente oyentes, con la frase introductoria " ...para mili la mía.." y ,encontrado el incauto, ya no había quien le parara en su pesada e interminable charla, que aburria hasta las ovejas. No quisiera que se me identificase, de entrada con el personaje del humorista ,cambiando oyentes por lectores, aunque por la edad y por tratar del asunto de la milicia pudiera acercarme a el.

En el primer capitulo intenté describir como fue mi vocación y formación como médico y en este ,como primero de los dedicados a mi labor como profesional de la medicina, me centraré en mi labor como médico militar.La razón de elegir ,para comenzar, esta faceta de mi labor es doble ,por un lado por ser la primera en que ejercí mi profesión, como tal , si quitamos la breve estancia como medico de pueblo.Y la segunda porque ha sido a la que he dedicado mas horas de mi vida, condicionando otros hechos y circunstancias de mi existencia.

Y son esas circunstancias de mi vida en las que precisamente me voy a extender mas, pues parafraseando a Ortega y Gasset, mi filosofo preferido en la juventud, "Yo soy yo y mi circunstancia y si no escribo sobre ella,no escribo sobre mi".Y siguiendo con la filosofía orteguiana,mi circunstancia, que comprende mi entorno físico,cultural, histórico, político, y personal, en suma,el mundo en que estoy instalado, determina en cada momento como soy yo y ,aunque sea en grado mínimo, yo también estoy contribuyendo a formar ese mundo que me rodea. Y por que esa realidad circundante es la mitad de mi persona voy a escribir mucho sobre ella y quizá menos sobre mi ,y de mis esfuerzos para mantener o cambiar o iniciar algo del escenario donde estoy colocado.

Escribo desde mi perspectiva ,que es la forma que percibe  la realidad  cada individuo, y como toda percepción es subjetiva, pues estoy mirando desde un punto de vista concreto, en una dirección propia.Por eso mis ideas y mis comentarios , a la situación de cada momento, pueden ser muy distintos de la perspectiva que de ella tengan de algunos de mis lectores que hayan pasado por el mismo escenario, y en ese mismo tiempo, pero es una discrepancia que admito, e incluso agradezco ,porque me puede servir para contrastar sus opiniones, y las mías, y rectificar si es necesario.

Sirva esta introducción para animar al lector a seguir en este blogg ,sin apagar el ordenador, pues desde esta postura de escribir mas de lo demás que de mi , no le voy a castigar con el relato de mi expediente militar personal pleno de fechas,destinos, ascensos, expedientes,etc,etc ,cuya fría enumeración ,en el frió e impersonal estilo castrense, puede aburrir hasta las ovejas, en caso de que estas pudieran leerlo.




2.- Mi ingreso en el Ejercito como "maldito" en la IPS

Mi primera relación con el ejèrcito no fue, como la mayoría de los varones de mi generación ,haciendo la "mili" pues como tal servicio militar obligatorio no llegué a hacerlo.Por mi condición de estudiante pude ir pidiendo prorrogas hasta que me admitieron en la Instrucción Militar Superior ,la IPS, para incorporarme como Caballero Aspirante, en el lenguaje coloquial como "maldito", al Campamento de " El Robledo" en La Granja de San Ildefonso , muy cerca de Segovia.Allí estuve de Junio a Septiembre y al terminar este primer periodo de formación me dieron el titulo de Sargento Eventual, para volver al mismo lugar,otros tres meses del siguiente verano , al finalizar los cuales ya salí de allí con la estrella de Alférez de Complemento de Infantería.Como verán, brillante y rápida carrera teníamos los universitarios de mi época si la comparábamos con los que intentaban llegar a oficial desde el grado de soldado ,o cabo primero, que pasaban años y años para llegar a conseguir la estrella

 Que era la IPS

La IPS fue fundada en 1942 ,y hasta 1972 que desapareció ,fue la unidad del Ejercito encargada de formar a los suboficiales y oficiales de complemento de las distintas armas. El antecedente mas cercano a su creación estuvo en las denominadas "Milicias Universitarias" ,ligadas al Sindicato Español Universitario ,perteneciente a la Falange, al cual estábamos obligados a pertenecer todos los universitarios . Como prueba de esta vinculaciòn el Decreto 22-2-1941 referente a estas milicias señala que" ...la Instrucción Premilitar Superior se sujetara a las normas y programas del Ministerio del Ejercito mientras la Formaciòn Política seguirá las directrices del Movimiento..." y el emblema que llevábamos prendido en nuestro uniforme , ya como pertenecientes a la IPS ,no puede ser mas representativo de esta influencia falangista en la formación de la unidad. Placa con el tablero ajedrezado y el cisne de Cisneros y detrás del tablero el yugo y las flechas, insignia de Isabel y Fernando( adaptado como emblema por la Falange) y las dos espadas cruzando el tablero como signo del ejercito de tierra.

Con la creación de la IPS , en plena post -guerra civil ,se pretendía fundamentalmente cumplir dos objetivos , uno formar un cuadro de oficiales de reserva para el caso de que España tuviera que intervenir como beligerante en la II Guerra Mundial y segundo , y no menos importante para la dictadura, el adoctrinar a los universitarios que no hubieran participado en la guerra en los valores y esencias del nuevo régimen y que el espíritu castrense que en la nueva unidad se adquiriera ,impregnara posteriormente sus actividades en la vida civil , pensando que muchos de ellos ocuparían puestos claves de la administración publica y privada.Podemos poner muchos ejemplos ,dentro de los miles de universitarios que cursaron la IPS ,y ahí tenemos el de Fraga Iribarne como uno de los primeros Alféreces de Complemento que pasaron por los campamentos y que luego llego a ocupar puestos relevantes en la vida política española 

 El ambiente en el Campamento del Robredo de  la IPS.

La verdad es que en la época en que llegue al Campamento de El Robredo ,en la Granja , la situación en España había cambiado bastante , la influencia de la Falange y el SEU había disminuido consideràblemente en el ambiente universitario y militar y nuestras carreras delante de los "grises" ,por Moncloa y aledaños ,venían a demostrar que no estábamos por la labor de aceptar adoctrinamientos del pasado y ya empezábamos a rebelarnos contra algunas cosas del régimen que no nos gustaban. Estos cambios se reflejaban naturalmente en el ambiente del campamento y el único recuerdo del pasado falangista, además del emblema, era la presencia de los alumnos de la Academia de Mandos José Antonio , considerados universitarios, y que se convirtieron en nuestros compañeros de milicia. Alumnos a los cuales , de entrada, no recibimos de buena gana, pero que al final , independiente de sus ideas , llegamos a considerarlos unos compañeros mas ,dentro de la amistad y compañerismo que se fue creando en esos seis meses de convivencia bajo la lona de las tiendas de campaña en que nos alojábamos. Si ingresamos como voluntarios en la IPS no creo que fuera por nuestro espíritu militar ,sino por no tener que interrumpir nuestros estudios por cumplir la "mili" ordinaria , por pasar nuestra parte de servicio militar cerca de casa o simplemente por poder vestir luego el uniforme militar de Alférez con el cual se "ligaba" entonces mucho.
Con frecuencia se habla de la perdida de tiempo que suponía el cumplimiento del servicio militar obligatorio, y de lo mal que se pasaba durante el mismo ,y si bien es verdad que había bastante de esto ,también es cierto que durante la estancia obligada en el mismo se adquirían una serie de virtudes,valores ,hàbitos, opiniones,costumbres o manías que iban a formar parte de la personalidad futura de muchos hombres. De cada una de las situaciones o actividades desarrolladas durante la "mili" siempre podías sacar unas enseñanzas de cara a tu futuro, aunque en estas circunstancias , pensando solo en licenciarte, no lo valorases así. Y eso es lo que hoy opino de mi estancia en el campamento del Robledo en la Granja

 Lo que aprendi en  el campamento de la Granja

Lo primero que aprendí fue a sufrir. Para incorporarnos al campamento nos concentraron en la Estación del Norte madrileña y en un vagón de aquellos de tercera fuimos hasta la estación de Segovia. Y desde allí con nuestro macuto al hombro, bajo el sol castellano, a pie hasta la Granja , mas de diez kilómetros andando que se nos hicieron interminables para los que no estábamos acostumbrados a estas caminatas. Y eso solo fue el comienzo pues el sufrimiento se hizo cotidiano con la instrucción en orden cerrado , dura y fatigosa,en una explanada ,llamada el "Llano Amarillo" , donde de nuevo el sol veraniego desde arriba hacia mas penoso todo.Posteriormente he tenido también que sufrir en circunstancias climatológicas parecidas en África u otras partes , pero ya estaba entrenado con lo pasado en El Robledo.

Otra cosa que allí aprendí fue el obedecer ,sin rechistar, las ordenes mas absurdas y poco razonables que teníamos que cumplir. Entre los Jefes y Oficiales del campamento ,que dictaban esas ordenes ,había de todo , pero predominaban dos grupos, los que venían de la guarniciones africanas, de La Legión o Regulares, y los que pedían venir a La Granja desde destinos de despachos o oficinas de Cuarteles Generales o Unidades de Madrid. Acostumbrados los del primer grupo a tratar con legionarios o musulmanes ,las relaciones, con un grupo de civiles universitarios militarizados circunstancialmente ,no podían ser muy buenas . Para ellos eramos un grupo de "señoritas" que no aguantàbamos nada y que no teníamos ningún espíritu militar y que si bien lo primero no era tan cierto ,lo segundo si que lo debía ser , sobre todo si ellos personificaban lo que era el espíritu militar. El otro grupo, en el que figuraban algunos con carrera universitaria además de la milicia, nos trataba de otra forma e incluso trataban de convencernos , con razones,de que nos convenía cumplir bien todo lo ordenado para que nuestra estancia en el campamento no fuera tan dura. Posteriormente , en mi vida militar, he tenido que tratar con superiores de toda clase y condición , pero siempre tuve en cuenta lo que aprendí en El Robledo acerca de la obediencia , lo que me evitó muchos problemas.

Otra virtud allí aprendida fue la de la disciplina. Por naturaleza todos somos bastante indisciplinados y no nos gusta someternos a unas normas que nos indiquen cuando hay que levantarse , el tiempo que tenemos que dedicar a nuestro aseo, las horas en que debemos comer, el tiempo dedicado a pasear , la vestimenta que debemos llevar en cada momento y la hora de meterse en la cama. Y en el campamento no nos quedo mas remedio que someterse a esto si no queríamos quedarnos sin permiso el fin de semana. Costumbres y hábitos que sin darnos cuenta entraban ya en nuestra conducta y que no terminaron de dejarse de practicar , en muchos casos, aunque ya no estuviéramos en El Robredo.

El sentido de la responsabilidad era otra de las virtudes que podías aprender en el campamento , cuando te encomendaban misiones en las que tenias que hacer frente a situaciones en las que tuvieras que tomar decisiones importantes en alguna ocasión. Misiones sobre todo de vigilancia en puertas,polvorines, incluso en las zonas de la propia compañía, para hacer que se cumpliera lo ordenado , enfrentándote incluso a tus propios compañeros. En cierta manera eras el responsable de la seguridad del campamento y eso te hacia sentir gran inquietud, incluso miedo, pero al mismo tiempo modelaba tu personalidad para hacer frente a situaciones imprevistas.

Aprender a mandar era una enseñanza obligada para formar a unos futuros mandos del Ejercito y para lograrlo cada semana le tocaba a uno hacer de jefe del pelotón o de la sección o de la compañía, transmitiendo las ordenes que venían desde arriba. Menudo problema se plantea cuando los que te tienen que obedecer se consideran como tu ,o mejor que tu, para hacer las cosas y no te obedecen. Y allí no quedaba mas remedio que ponerse duro , aun con los tuyos, y obligarles a cumplir lo ordenado pues sino el castigo caía sobre ti.. Cuantas veces en nuestra vida militar o civil , nos hemos encontrado en situaciones parecidas todos los que pasamos por el campamento y hemos podido solucionarlo gracias a la impronta que dejo en nuestra personalidad la obligaciòn de tener que mandar y que se cumpliera lo mandado.

Compañerismo , competitividad, espíritu de grupo ,fueron otros valores que se ejercitaban en el campamento.Estábamos orgulloso de pertenecer al grupo de los quince que formàbamos una tienda , los treinta que componían una sección o a los cien integrantes de la compañía.La tienda mejor arreglada, y con el perímetro adyacente mas limpio y adornado ,era premiada con un permiso extraordinario para fin de semana y todos en un esfuerzo común, solidariamente tratábamos de quedar por encima de los demás y obtener el preciado permiso.El triunfo de la sección ,en alguna de las competiciones deportivas que se realizaban periodicamente ,era celebrado como si hubiéramos ganado el campeonato mundial ,aumentando nuestro orgullo de pertenecer a la sección ganadora. La felicitación del Jefe del Campamento para la compañía que mejor desfilase era un premio al que aspiràbamos todos los que integràbamos las mismas y nos ayudábamos y nos esforzábamos , formando una piña para que fuera la nuestra la que se alzase con el galardón. Intentar conseguir un objetivo común al grupo, tienda,sección o compañía , unía sólidamente a sus componentes, aunque el objetivo fuera tan modesto como una mención en el orden del día o un día mas de permiso.Cualquier detalle nos servía para presumir delante de los otra tienda o compañía , como que en la nuestra contábamos con el hijo de un famoso arbitro ,critico y seleccionar de aquel entonces, Pedro Escartìn o el primogénito de un millonario , dueño de una de las cuadras de caballos mas importantes de España. Y aun hoy presumimos de que el cartero de nuestra compañía era Landelino Lavilla Alsina, político bien conocido después, sobre todo por ser presidente del Congreso, y el furriel era Cristóbal Halfter miembro de una destacada familia de músicos

Habitos,manias y otras cosas  se adquirian en el Campamento

Algunos hábitos también se adquirían allí. Por ejemplo el levantarse y vestirse rápidamente.Al toque de "diana" todos teníamos que salir velòzmente a formar con el "mono" del uniforme y botas y los cuatro últimos eran apuntados al parte , lo que suponía perdida de puntos para la calificación final y la anulación del permiso de salida para el fin de semana. Rapidez también se exigía en armar y desarmar el arma, el viejo mosquetón, reglamentario del Ejercito por aquella fecha , conocido por todos como " el chopo" , y que exigía cierta destreza en manipular este tipo de artilugios.Aunque no soy muy hábil en estos menesteres , aun me queda una cierta aptitud allí adquirida.

Y también en el campamento adquirías determinadas manías que se quedaban en tu mente para toda la vida.Sobre todo en lo referente a la comida, el diario "rancho" ,que era a veces incomestible y no solo por su sabor sino por las circunstancias en que te lo servían. Comedores de largas mesas mugrientas , en platos mal lavados y ambientados por unos olores no precisamente a rosas.Los mas pudientes se quedaban en la tienda de campaña ,comiendo las latas que les mandaban de casa ,o acercándose a un caserón ,la Venta San Isidro,cerca del campamento ,en donde servían unos huevos fritos con chorizo ,con los cuales soñamos cada día los que no podíamos disfrutarlo. Mi poca afición a comer pescado creo que me queda de aquello que con ese nombre nos servian , sobre todo en la cena, y que tenias que cerrar los ojos para comerlo por que si lo mirabas fijamente lo dejabas en el plato.

Precisamente el tema de las comidas en el Ejercito era, y no se si ahora lo serà, motivo para escribir bastante. En general la calidad de la misma era mala ,aunque teoricamente no tenìa por que serlo tanto. Las denominadas "papeletas de rancho" , con los menùs que se iban a servir,estaban bièn elaboradas , con platos variados y un contenido calòrico adecuado y a veces incluso excesivo.El control de calidad se establecìa mediante el estudio calòrico del menù por el mèdico y la degustaciòn de lo que se servìa en cada comida,la denominada "prueba" , que se ofrecìa a el jefe de la Unidad o Establecimiento, que tenìa que dar el visto bueno a lo que le presentaban.Lo del valor calòrico se cumplìa ,pero el control de calidad de la muestra de comida dejaba bastante que desear ya que lo que se llevaba al jefe no era ninguna muestra significativa sino unos platos especificamente preparados para pasar el control y que el jefe lo tomara como aperitivo con sus ayudantes ,con el vaso de vino que acompañaba a la prueba. No voy a entrar aquì en explicar con detalle las razones de ese desajuste entre lo teòrico y lo pràctico ,pero mas allà de las explicaciones faciles, de la escasa cuantìa asignada en los presupuestos del Ejèrcito para comidas o de las muchas plazas asignadas en rancho para poder cocinar bièn ,habria que buscarlas en la "picaresca" de los que intervenian en todo el proceso.Empezando por las contratas para la adquisiciòn de alimentos que proporcionaban con mucha frecuencia suculentas comisiones para los que intervenìan en dicha adquisiciòn ,a cambio de cerrar los ojos para la cantidad y la calidad de lo adquirido. Y continuando con las "habilidades" de ciertos capitanes de cocina, el cargo mas ambicionado de la Unidad, que les proporcionaba muchas ventajas para el y su familia.Como la calidad de la comida no invitaba a ir al comedor , la desproporciòn entre las plazas en rancho que servìan y las que relacionaban en los estadillos, crecia progresivamente
y con ello las "ganancias" personales en comida o dinero de algunos aprovechados.Y no relato mas conductas poco edificantes para tratar de explicar lo mal que comìamos en el campamento.

En Ferrol como Alferez de Complemento

Terminados los seis meses de campamento ,y gracias a mi "aprovechamiento " y a mi buèn nùmero, me ascendieron a Alfèrez Eventual de Infanterìa y entre las vacantes existentes para realizar mis pràcticas de Alfèrez elegì el Regimiento Mèrida 44 con guarniciòn en El Ferrol , entonces del Caudillo. Me incorporè en Marzo y en esta ciudad ferrolana ,y sus alrededores ,disfrutè durante seis meses como nunca lo habìa hecho hasta entonces.Hay que trasladarse con la mente a esa època de los cincuenta y a la vida en una ciudad no muy grande de cualquier provincia española, para comprender lo que significaba en su sociedad , sobre todo en la femenina,la llegada de un grupo de oficiales jòvenes con la carrera terminada y sobre todo solteros. La necesidad de casarse para salir de su estrecho cìrculo familiar y social , la natural simpatìa , amabilidad y melosidad de las jòvenes gallegas, y lo que ligaba ,en aquel entonces ,el uniforme militar ,fueron todos factores para que nuestra relaciòn con las ferrolanas fuera inolvidable. Para casi todos era la primera vez que nos veiamos con unas pesetas en nuestro bolsillo ,que salìa de nuestra paga y no de la nuestros padres, asi que se daban todas las circunstancias para pasarlo bièn en una tierra como la gallega , donde se comè tan bien, las gentes son tan hospitalarias y no faltan romerìas y fiestas donde divertirse.

3.- Preparando las Oposiciones para Sanidad Militar y vuelta triunfante a Ferrol

Lo ùnico que me preocupaba ,en ese momento,era la salud de mi padre, que cada dìa era peor y le obligò a pedir el traslado de mèdico titular desde San Martìn de Valdeiglesias , donde tenìa mucho trabajo , hasta Lastras de Cuellar , un pequeño pueblo segoviano ,donde el trabajo tenìa que ser menor.La posibilidad de que su arterioesclerosis tuviera una evoluciòn y desenlace fatal me hizo reflexionar sobre la necesidad imperiosa de empezar a ganar dinero rapidamente como mèdico para ayudar a mi familia y poder vivir yo. Y en el Diario Oficial del Ministerio del Ejèrcito vì un anuncio de 53 plazas para mèdico militar y considerè que era mi oportunidad para empezar a tener un sueldo fijo y que se cumplieran mis objetivos de supervivencia propia y familiar. Mas por la preocupaciòn de un futuro cercano problematico que por un espìritu y vocaciòn militar mandè la instancia para ingresar en el Cuerpo de Sanidad Militar sin sospechar entonces que iba a ser en esta instituciòn en la que se iba a desarrollar la mayor parte de mi labor como mèdico. El ùnico problema fue que los examenes eran en Mayo , solo tenia dos meses y medio para prepararlos y para las cincuenta y tres plàzas se presentaban mas de quinientos aspirantes.Con mi optimismo habitual pensè que no habia nada imposible y que si no las sacaba me servirìa de experiencia para las del siguiente año , contando ademàs que para acudir a estas oposiciones el ejèrcito me daba dìas de permiso y me pagaba los viajes de Ferrol a Madrid, con lo cual tenìa unas vacaciones pagadas solo con mandar la instancia y presentarme.Empecè a preparar la oposiciòn aprovechando los muchos momentos libres que me dejaban mis obligaciones cuarteleras por la mañana y estudiando los apuntes por la tarde ,embarcado en la lancha de Ferrol a Mugardos y paseando de esta villa a la de Ares.

Esta oposiciòn,la primera de las muchas que tuve que hacer en mi vida,fuè la mas extraña y afortunada de todas. Constaba de varias pruebas, unas escritas ,otras orales y otras pràcticas. En la primera , escrita, logrè pasar junto con otros trescientos opositores , con un nùmero no muy brillante, pues creo que quedè entre los diez ùltimos. Pensando que en la siguiente prueba, que era oral, me echarìan , mi sorpresa fue comprobar que entre los ciento y pico que pasaron estaba yo , aunque tambièn figurando entre los que formaban el furgòn de cola y con pocas posibilidades de salvar la proxima.Sin embargo otra prueba que salvè y lleguè al examen final con cien opositores luchando por cincuenta y tres plazas.Emociòn hasta el final , como en los programas televisivos de "acièrte y gane" o similares, y Alejandro Domingo Gutierrez que pasa la prueba con el numero 53 de los cincuenta y tres opositores aprobados. Imaginaros mi alegrìa y con la cara de triunfador que volvì a Ferrol para terminar mis meses de practicas ,ya sin la preocupaciòn de cual serìa mi futuro. Si Galicia fue hasta entonces un pequeño paraiso ,mas lo fuè a partir de entonces en que pude recorrrerla de una parte a otra ,admirando sus paisajes, saboreando sus mariscos y empanadas y gozando de la amistad de sus buenas gentes , sobre todo femeninas que conocì en romerìas y fiestas populares o en los salones mas selectos del Casino Militar o el Tenis.Mi tio Fermin, que era entonces el Superior del Colegio de Mercedarios de Ferrol, una de las razones de pedir yò esta ciudad, me fuè presentando a las mozas casaderas de las familias mas importantes de Ferrol para ver si me hacìa novio de alguna ,pero su propòsito no cuajò pues preferìa tener libertad para divertirme en las romerias deValdoviño o Puentedeume o los "caneiros " de Betanzos, bailando y tonteando con las mozas del lugar.
Mis jefes militares empezaron a considerarme ya de los suyos y pasè de mandar soldados a ejercer de oficial mèdico en el campamento de reclutas , primer destino de lo que iba a ser luego, y durante muchos años ,mi labor dentro de Sanidad Militar , que desarrollarè en sucesivos apartados.

Terminado mi periodo de practicas en Ferrol ,y casi sin interrupciòn , me degradan,me quitan la estrella de alfèrez , me ponen el àngulo de cadete y marcho a Toledo para iniciar mi periodo de formaciòn como alumno de Sanidad Militar. Pero de esa etàpa escribirè en el pròximo Capitulo.