miércoles, 20 de abril de 2022

 

               VIERNES SANTO CON MIGUEL HERNANDEZ EN ORIHUELA                        

                Fue un Viernes Santo de sentimientos opuestos. Por la mañana , sentimientos  alegres, viajando por la Huerta del Segura ,y tristes por la tarde, cuando visitando Orihuela  recordaba  la vida de dos  parejas, una  de  madre e hijo , otra de esposo y esposa. Parejas  muy distantes en el  tiempo  y en el espacio, con   biografías  muy distintas , y distinta la repercusión en su paso por el mundo, Pero creí ver  algún rasgo, creencia o valor común   en ambos hombres y en ambas mujeres ,  que me  permitía hacer comparaciones  y reflexionar sobre ello en mi blog.

  Un alto en el viaje para disfrutar a mediodía, con el sol en lo mas alto, de una excelente comida en  la Finca el Rebate, con platos elaborados cuidadosamente, con ingredientes ecológicos y llevados  hasta nuestra  mesa por amables personas. Y desde la terraza , podia ver, oír, oler y sentir la presencia alrededor  de  limoneros ,naranjos ,palmeras, ficus ,higueras, pinos, el piar de  pájaros diversos , el atrevimiento de unos   patos  que llegaban hasta nuestros pies  y hasta la fastuosidad de un pavo real blanco abriendo la cola. Con todos estos  materiales fue facil  construir en mi mente un escenario  ideal para representar y luego  recordar momentos felices, pasados en  este mes  de abril en tierras alicamtinas y murcianas. 

            La tarde la dedicamos a Orihuela a contemplar  sus procesiones y mi propuesta personal de acercarnos hasta  la casa donde vivio Miguel Hernandez. , mi poeta favorito junto con Machado y Lorca

    Durante una procesión, los pasos que desfilaban me hicieron   recordar  lo que el Nuevo Testamento, Machado y Serrat, relataban, decían o cantaban  de los personajes que  se representaban en cada uno de ellos.. Vi a un  Jesús ,subiendo al Calvario, cansado, agotado, sufriendo con la cruz pesada que llevaba. Vi al Cristo , crucificado, "siempre con sangre en las manos, siempre por desclavar"  y vi una madre dolorosa, llorando en su soledad ,por lo que estaba pasando su hijo. 

 Luego fuimos hasta la falda del Monte de San Miguel , y allí estaba la  humilde casa donde vivio Miguel Hernández  desde 1914 a 1934. Y otra vez los datos que aprendí en los libros de historia, me hicieron reflexionar sobre la vida del que allí vivió. Y vi al poeta, subiendo penosamente, y constantemente  humillado,  a su Gólgota de las prisiones  y cárceles de la post guerra civil española . Vi al poeta, agonizando lentamente atado a la cruz  de la tuberculosis, mantenido por los clavos del hambre, la sed y el sufrimiento durante años. Y también vi a otra mujer, Josefina, obligada a vivir en soledad , a sacar adelante a sus hijos ,  aunque para ello , como diria su marido

                                " En la cuna del Hambre

                                        mi niño estaba

                                   Con sangre de cebolla 

                                         se amamantaba

      De vuelta a casa, soñando despierto al lado del conductor, me inventé una  transfiguración. La caras de Cristo y Maria eran las de Miguel y Josefina, que iban  en   tronos engalanados con flores ,velas, y cirios , seguidos por piquetes de Gastadores y Romanos, bandas  de música, mujeres y niños acompañando al cortejo y una multitud en la aceras , rindiéndoles un tributo de admiración y reconocimiento que en vida no tuvieron. Un frenazo me despertó .Habíamos llegado a casa. Solo fue un sueño,  revelador de un deseo inconsciente de reivindicar la figura de un poeta, que a nuestra generación se  le negó su existencia y a las posteriores, ya con una democracia , se  les permitió ver sus obras ,pero no conocer su vida y sobre todo su  sufrimiento y su muerte. Este es el objetivo del artículo,  escrito ya en la semana de la Resurrección, en que ya mas alegres pueden hacer que  este  deseo de unos cuantos españoles  pueda cumplirse.

Comprendo  que para algunos de mis lectores esta comparación entre Cristo y Miguel ,entre Maria y Josefina, les parecerá  irreverente y fuera de lugar, pero yo no he pretendido  comparar cuantía de sufrimiento por morir en una cruz o por tuberculosis, ni por lo que pueda sufrir una madre o una esposa, sino  que pongo el  ejemplos de dos personas que lucharon hasta su muerte por mantener unos  valores e ideales de libertad y justicia, y de dos mujeres que supieron acompañar a sus seres queridos en el sufrimiento. Como podría haber puesto el ejemplo  de otros hombres y mujeres, que en el pasado o en el presente ,lucharon o luchan  por la defensa de  esos mismos  ideales y si fue  necesario murieron o están dispuestos a morir por defenderlos 

                                                                   Alejandro. J. Domingo Gutierrez

                                                                        Madrid 20 de Abril del 2022


          

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