LUCES Y SOMBRAS EN LA MEDICINA ACTUAL
Primera Parte : Sombras en un sueño
Otro sueño extraño. Fue hace dos meses y si no hubiera recogido por escrito lo soñado,. apenas despertarme, no podría hoy contarlo en este blog.
Llevaba una temporada observando como van cambiando las relaciones entre medico y paciente , y analizando como a medida que los avances tecnológicos abrían nuevas posibilidades, favoreciendo esa relación , como abrir consultas on line, poder consultar fácilmente las historias clínicas en el ordenador , o dar con tiempo nuevas citas, aparecían otras circunstancias que modificaban esas relaciones al hacerlas mas impersonales, mas frías, mas automáticas, mas distantes. A estas ideas que tenia en la cabeza, se juntaron aquel día casualmente , una preocupación por un informe medico que tenia que presentar como perito ante un Tribunal y una ligeras molestias, aunque no dolor ,en el pecho que en algún momento pensé que podía ser del corazón . Y creo que esta conjunción de circunstancias facilitaron la aparición del este sueño
Soñaba que el dolor en el pecho aumentaba y que debía ir al Servicio de Urgencias de algún hospital por si era un infarto. En el móvil, el siri me informo del hospital mas cercano y pedí un taxi que me llevara de mi casa al mismo. El taxista me paró ante un edificio muy moderno, parecido al Guggenheim, teniendo que buscar donde estaba el nombre del Hospital para comprobar que era ese al que venia. y no era una sala de conciertos o de exposiciones.. Un gran cartel con el titulo lo aclaraba " Hospital MODTEC 2030 "
El taxista se fue y me dejo ante la puerta de entrada y ya tuve el primer problema pues la puerta estaba cerrada y en una pequeña pantalla , pegada a la pared , me indicaban que para entrar necesitaba introducir la tarjeta de usuario ,por una ranura existente, o pulsar una contraseña. No disponiendo de tarjeta, ni conociendo la contraseña, mi angustia creció y el dolor aumento. Menos mal que en la pantalla me aclararon que pusiera en mi móvil una aplicación, mediante un enlace que me daban y poniendo mis datos de filiación me darían la contraseña para entrar. Y así al parecer lo hice en el sueño, aunque en realidad , no se como lo hice pues eso de introducir aplicaciones en el móvil no se me da muy bien, Pero el caso es que con la contraseña entre en el hospital..
Entré en un vestíbulo , donde había una serie de mesitas con una pantalla y un teclado como un ordenador y un cartelito en cada una con un numero que las distinguía . Una voz ,que no se de donde salía ,me indico que me sentara delante del modulo nº 5 y estuviera atento a las instrucciones que me dieran por la pantalla. Muy correcto el modulo se presento en la pantalla del ordenador con el titulo de Modulo de Clasificación y Categorización " y comenzaron a aparecer cinco seis preguntas preguntas sobre cual era el motivo de mi consulta, su localización, irradiaciones, si se acompañaba de fatiga y alguna otra mas de tipo administrativo como aseguradora, identificación, etc. Una vez que conteste a todas , la pantalla cambio y ponia este texto Calculo de probabilidades de la causa de su problema : Cardiológico 70% . Respiratorio 20% . Otras causas 10% . Cambió de pantalla que ahora decía Conducta a seguir : Diríjase a la Unidad de Cardiopatías Coronarias. y terminaba con Localización de la .Unidad: Meta en su móvil la aplicación del siguiente enlace , y siga las instrucciones que se indican .
Seguí las instrucciones que me indicaban en la pantalla del móvil y que consistían en que siguiera una lineal o senda de color rojo que vería impresa sobre el suelo , seguimiento facilitado por avisos por megafonía de si tomar un pasillo a la derecha o subir cuatro escalones. Esto ya no tenia dificultad para mi como conductor , pues al fin y al cabo era lo mismo que seguir las instrucciones de un GPS, sin la ayuda del cual ya no se moverme por la ciudad Aunque alguna vez tuve que parar por que se cruzo en mi camino un carro, dirigido por control remoto, esparciendo material desinfectante , llegué sin novedad a la sala de de Espera de la Unidad de Coronarias. No tardó mucho en aparecer en pantalla mi numero de DNI para que entrara en la consulta nº 5 y esta vez , sin necesidad de contraseñas pude entrar , esperando encontrar al fin un medico que pudiera escucharme
Pero allí tampoco había personas. Solo, en el centro de la consulta, estaba la mesita ya familiar con la silla delante y el ordenador sobre la mesa y sin una sencilla fotografía del doctor con sus niños o unos cuantos diplomas colgados en la pared.. En la pantalla ya estaban mis datos identificativos y después de pedir mi confirmación de la veracidad de los mismos, apareció un cuestionario de 40 preguntas , no solo referentes a las coronarias, o al corazón, sino correspondientes a casi todos los sistemas del organismo. Solo faltaban a las debía responder como estaba mi estado de animo , si en los antecedentes de mi dolor había algún disgusto y otras por el estilo que revelasen algún estado de ansiedad u otra alteración psicosomática. Contestadas todas las preguntas , luego me preguntaron si daba mi autorización para la realización de pruebas complementarias y como eran tantas las preguntas solo recuerdo de una en que que decían algo asi como si aceptaba que todo lo que me pasara era culpa mia y no de la empresa. Pasados unos minutos , de una impresora situada junto al ordenador empezaron a salir documentos en que se solicitaban datos complementarios. Mientras el dolor en el pecho seguía aumentando.
En los documentos se pedían análisis de sangre ,electrocardiograma. ecocardiograma, prueba de esfuerzo y no se cuantas cosas mas, que tenia que realizar en ese hospital y en otros hospitales, señalándome ya las fechas para su realización qiue oscilaban de uno a tres meses a partir de ese dia. En mi móvil, una llamada y en un mensaje me indicaban el camino para la salida, otra vez como con un GPS. En todo este camino de ida y vuelta, y en las salas de espera ,si vi algunas personas , pero estaban silenciosas, viendo o maniobrando con el movil o como dormidas. Pero no conseguir con dar con algún medico, enfermera , recepcionista, o personal de mantenimiento, al que contar que me sentía muy mal con ese dolor que cada vez era mas intenso.. Solo maquinas que debían tener inteligencia artificial, para llegar fácilmente a un diagnostico , pero carecían de inteligencia emocional, y personalidad, para captar mi angustia, mi ansiedad y mi necesidad de ayuda.
Otra vez la puerta estaba cerrada y de nuevo tuve que poner otra aplicación en el móvil para que me diera la contraseña. Pero ,de pronto, el dolor en el pecho se agudizo, parecía que iba a perder el conocimiento, creí morir.... y en ese momento me desperté angustiado por esa desagradable pesadilla.
LUCES Y SOMBRAS EN LA MEDICINA ACTUAL
Segunda parte : Luces en una realidad
Aun sin reponerme de la angustiosa pesadilla me dispuse a seguir , después del desayuno, a cumplir lo que tenia programado para la mañana. Y lo programado , por casualidad, era ir también a un hospital, como en el sueño, pero esta vez lo que me llevaba hasta un establecimiento sanitario era muy distinto , pues era para someterme a unas sesiones de rehabilitación, ordenadas por el traumatólogo, a causa de una fractura de un dedo del pie, consecuencia de una caída que tuve unos días antes. Y aunque también iba con dolor, esta vez solo lo sentía cuando ponía el pie en el suelo y con la ayuda de un bastón se aminoraba bastante. De nuevo taxi y hasta el hospital.
La primera impresión ante el edificio del hospital esta vez fue mejor , por que vi en el nombre del mismo, un signo premonitorio de que ,esta vez, probablemente encontraría, dentro de el, mas luces que sombras en el tipo de medicina que allí gestionasen , al contrario de lo que me encontré en el del sueño.. El nombre era Hospital de La Luz y estaba allá por el final de Reina Victoria. No me pidieron contraseña, ni tarjeta de usuario, y una amable señorita me informo donde estaba el Servicio de Rehabilitación en la segunda planta y viendo mi andar ,con el bastón, poco garboso que dijo que si necesitaba una silla para llegar hasta mi destino. Mi vanidad me impidió aceptar su ofrecimiento, pero si seguí su consejo que como había bastante gente esperando en los ascensores generales, tomara otro , que estaba un poco escondido a la entrada, y que me llevaría hasta la segunda planta directamente. Me detengo en contar detalles que les parecerá sin importancia a muchos de mis lectores , a no ser que hayan tenido que caminar ayudados con un bastón o una muleta con un pie roto pues entonces comprenderán lo importante que es ahorrar metros, para ahorrar dolores
A la entrada de la segunda planta la recepcionista, después de ver mi volante y mi tarjeta, me indico amablemente , con una sonrisa, donde estaba la Unidad de fisioterapia, y que esperase a la entrada que saldrían pronto a llamarme. No había la clásica pantalla de sala de espera que te avisaba, con la contraseña que te suelen facilitar , de que podías pasar a la consulta o en este caso a la Unidad. y fue en cambio un joven , que luego supe que se llamaba Javier, el que se asomo a la puerta diciendo " Alejandro ,ya puedes pasar," . Una alegría, pues hacia ya mucho tiempo que en casi todos los hospitales ,y hasta que llegas al medico, tu solo eres un numero o una contraseña , y en algunos casos, aun seguías siéndolo después de ser visto por este. Después de recoger mi tarjeta Javier me presento a un miembro de la Unidad, también joven y estas fueron mas o menos sus palabras " Aquí te presento a Oscar , que va a ser tu fisioterapeuta durante estas sesiones." el cual me llevo hasta la camilla donde íbamos a tener la primera sesión. Y surgieron las comparaciones. ¿ Cuantas veces conocemos el nombre de pila del medico, enfermero o técnico que nos esta tratando, y que haría mas humano y familiar el trato?
Mientras me daba un masaje en el pie afecto, me iba haciendo preguntas sobre si me dolía el dedo, cual era mi estado de animo al no poder andar , y otras por el estilo y luego ya pasamos a comentar en animada charla otros temas, como esos que se abordan con los que acabamos de conocer, como el frio que hacia esa mañana. Rápidamente comprendí que lo hacia para distraer mi atención , desviándola de los posibles dolores que sus maniobras me pudieran producir forzosamente al movilizar las articulaciones del pie. Cosa que logró pues los dolores ,aunque aparecieron, fueron mas soportables con la charla y nuestra conversación me dio la ocasión de poder hablar de mi con alguien,, cosa que con la edad se va haciendo cada vez mas necesaria. " Para mili la mia". es la clásica expresión del que necesita que le escuchen, para sentirse mejor. Pero lo mas decisivo, y que dio lugar a tener mayor confianza entre ambos, fue el descubrimiento que a los dos nos gustaba el futbol. y los dos éramos seguidores del mismo equipo , el Real Madrid. Oscar me demostró no solo era un buen fisioterapeuta sino un gran psicólogo para lograr que la rehabilitación, que es algo que suele ser duro, no lo fuera tanto para mi con su amigable trato.
El ambiente en la sala de fisioterapia era muy agradable y miembros de la Unidad y pacientes formábamos un grupo , formado por personas muy distintas que buscaban una meta u objetivo común, rehabilitarse de sus incapacidades, pequeñas o grandes , grupo que se sostenía por unos sentimientos de solidaridad , interés por los demás y satisfacción por estar en el . Y con el paso de los días, entre masajes, aplicación de onda corta y otras novedades tecnológicas aplicadas en fisioterapia , fuimos conociéndonos mejor unos a a otros . Conocí a Marta, otra fisio ,muy querida por sus pacientes, que me prestaba siempre ayuda cuando me veía haciendo extrañas maniobras para calzarme , fruto de mi torpeza para doblar el pie. Y a Vicente ,un francés de Marsella, fisio en practicas, aficionado y jugador de rugby, con el que comentaba cada lunes el resultado del partido de Francia en el Torneo de las Seis Naciones. Y a Leo, otra francesa, también en practicas , orgullosa de ser de Carcasonne , ciudad de la cual me acordaba acordaba por su ciudad medieval y en su centro un precioso castillo. Y a una paciente con un problema de columna ,que cada día nos daba, a los demás del grupo, una lección de esfuerzo, sacrificio y aguante ante los duros ejercicio de rehabilitación que tenia que hacer. Y a un chaval, jugador de futbol, al que yo animaba diciéndole que esa lesión no era nada importante y pronto volvería a jugar como antes, o mejor, y el me pagaba esos ánimos que le daba, diciéndome , lo que sabe que gusta oír a los de mi edad " no parece usted tener la edad que dice tener." Y pude comprobar la enorme paciencia y la amabilidad de los miembros del equipo para con las pacientes muy mayores con defectos grandes no solo de movilidad sino de comprender lo que les decian que tenían que hacer.
Dos anécdotas ponen de manifiesto este ambiente, esta vez conmigo de protagonista. Una triste y otra alegre. La triste era que cuando comenté a Javier, el que siempre me resolvía mis problemas burocráticos con las dichosas autorizaciones , que no podía ir a rehabilitación al día siguiente ,por que había muerto mi hermana Carmen en Burgos y tenia que ausentarme de Madrid. Apenas me tumbé en la camilla para empezar la sesión, cuando recibí el pésame de todos los miembros del equipo y algunos de los pacientes que se enteraron de tan triste circunstancia, La alegre, fue la felicitación que recibí de todos por el triunfo del Madrid sobre el equipo de Paris, y su pase a cuartos de la Champion,, aunque lo del futbol les trajera sin cuidado. A destacar la felicitación de una atlética y del francés de Marsella, aunque en esta felicitación se incluía su alegría por la eliminación del club de Paris, al cual no le tenia ninguna simpatía
Esta explicación, con tantos detalles que pueden parecer intrascendentes y poco interesantes para muchos de mis lectores , y que hacen este articulo tan largo y prolijo, tiene por objeto demostrar que se puede compaginar avances tecnológicos y aplicar técnicas novedosas en cualquier acto medico ,con un trato humano en la relación personal sanitario y paciente, poniendo como ejemplo lo que me encontré en este servicio de fisioterapia, que quizá podre encontrarlo también en otros servicios o unidades de este u otros hospitales, , pero en este caso descubrí como paciente,, no como medico, que se puede hacer moderna y buena medicina dentro de un ambiente humano mas agradable y acogedor , aunque estemos entre maquinas que irradian energía. Pero no quiero terminar el articulo sin dar unos consejos para los que quieran recogerlos.
A los gestores de establecimientos sanitarios les aconsejaría, que está muy bien que doten a sus departamentos, unidades o servicios ,de los mas modernos avances tecnológicos, que avancen en la transformación digital e informatización de esos establecimientos ,pero que intenten crear ambientes mas humanos en los hospitales y no piensen tanto en ir cambiando hombres o mujeres por maquinas, por muy inteligentes que estas sean y por muy rentables que les salga ese cambio.
Al personal sanitario le recordaría que se espera de ellos no solo los conocimientos y habilidades mas novedosos en su trabajo diario, sino una relación mas humana en su trato con el paciente, y que piensen que el que se confía en ellos no es un mero numero, cliente o usuario .sino una persona que sufre y pide ayuda.
Mi mensaje para los pacientes es que no hagan caso de esos falsos anuncios de clínicas y hospitales, que ofrecen novedosas técnicas en los diagnósticos y tratamientos de determinadas enfermedades ,cuando no podéis comprobar si el trato al paciente tiene en cuenta esa faceta humanística necesaria para su curación
Y para terminar, expresar una esperanza y decir en que me he basado para escribir el articulo Un humanismo tecnológico, aplicado a la Medicina ,logrará que aumenten las luces, y acaben las sombras, en la practica medica habitual y para lograr este objetivo debemos dedicar mas esfuerzo todos, sanitarios y pacientes. Y todo lo escrito hasta aquí, es el fruto de la experiencia de sesenta y dos años de actividad profesional, que se inicia a los 23 años, en un pueblo de la provincia de Segovia, como medico de familia y que cierra la consulta presencial, a los 85, como internista y endocrinólogo, en el Hospital de San Camilo, ahora Ruber, en la capital de España
Alejandro Jose Domingo Gutierrez. Un paciente agradecido
Madrid Marzo del 2022
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